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2018-01-29

SCENT OF A WOMAN I

Hace 30 años, por la época en que Ken Titus (1) pretendía durante 8 horas diarias ser el héroe sin capa (pero con corbata, siempre) del sistema judicial colombiano ocurrió una escena que nunca se borrará de mi memoria:

Era una mañana como cualquiera otra: mis hermanos y yo bostezábamos frente a los platos del desayuno mientras  Ken Titus y su Yoko Ono (2) se apuraban y nos apuraban para salir al colegio y ellos a sus trabajos. De repente, en el minúsculo apartamento se escuchó un rugido: “¡Carajo! ¡Se me acabó la loción!”. Hay que decir que, a pesar de que Ken es un macho alfa lomo plateado de pelo en pecho panza protopatriarcal y barba cerrada, no deja de tener “sus maricaditas” de metrosexual y por eso no perdona untarse cualquier pachulí a diario para no oler a tigrillo.  Por lo tanto, el hecho de que se le acabara la loción (no colonia, porque Ken siempre ha sido zurdo de ideas y eso de “la colonia” le suena a dominación premoderna) era poco menos que una tragedia dados la hora y el día en que se dio cuenta.

Entonces comenzó Ken un revolotear por todo lado, destapando las botellitas multicolores que doña Yoko acumulaba sobre el tocador, buscando qué aplicarse mientras ella vociferaba que ni se le ocurriera porque eso eran mascarillas, espumas para el cabello, aclaradores de contorno de ojos, pegante de uñas postizas… Hasta que en su recorrido, Ken se dirigió a la cocina, abrió la nevera y se encontró con un frasquito en cuyo interior campeaba un líquido verde. Le quitó la tapa, olfateó, hizo un gesto de aprobación cual Alice in Wonderland, se aplicó unas cuantas gotas en el cuello y otras sobre las solapas del vestido de paño.

-“¿Huelo rico, verdad?”, me preguntó mientras me acercaba el cuello a la nariz. El cítrico aroma que despedía me despabiló por completo:
Papá… ¿qué te echaste?
-- - Esta vaina...- dijo, mostrándome el frasco que había sacado de la nevera.
- - ¡Pero si eso es esencia de limón para repostería!
- - ¡Bah! ...Huele bueno y eso es lo que importa.

Y así se fue el señor juez de la república Ken Titus apestando a tarta de limón ese día. Hasta que se compró una loción más adecuada a su estatus y personalidad. Una “Brut” de Fabergé que usaba desde su adolescencia en la década de 1970 para escándalo de su señor padre Oswald Cobblepot (3) a quien le parecía que esa vaina era “perfume de maricas”.

  1.  Ken Titus es el padre del protagonista en la comedia “Titus” emitida por FOX entre 2000 y 2002. Un papá irónico, nada consentidor, que vivía burlándose de sus hijos con el fin de “forjar su carácter”… igualito al mío.
  2. Yoko Ono fue la segunda esposa del Beatle John Lennon. A ella se le atribuye erróneamente la desintegración del grupo y por eso es odiada por los fanáticos del cuarteto de Liverpool …tal cual la segunda esposa de mi padre.
  3. Oswald Cobblepot es El Pingüino, uno de los enemigos de Batman. Si se compara una imagen de la interpretación de Danny de Vito en la película de 1992 con cualquier fotografía de mi abuelo paterno, se comprenderá la razón de llamarlo así en este blog.