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2021-01-20

NIGHTMARE ON ELM STREET

Enero 20 de 2021. 12:45 a.m.

Sueño que vivo en una casa de 3 pisos, en tierra caliente. No es la casa de Palermo. Estoy en mi habitación en un momento en el que supuestamente debería estar dormida a pesar de que es de día. Escucho una voz masculina y algunos ruidos en el primer piso. Me asomo al hueco de la escalera y veo que la puerta de mi casa está abierta, en ella está A. M. quien es mi vecino de la casa del lado derecho. Conversa y juega con mi gato Alej@ quien lo conoce y le tiene confianza. Al parecer, A.M. y yo tenemos costumbre dejar las puertas de nuestras casas abiertas y entrar cada uno a la casa del otro sin problema.

Escucho también risas de bebé, veo que es una niña muy pequeña que al comienzo está en el primer piso con mi vecino y mi mascota pero al instante aparece sentada sobre una pequeña silla al lado de mi cama en la habitación en la que yo me encuentro en el 3er piso. Entiendo que la niña pide que la deje mirar al espejo. La tomo con una sola mano (así de pequeñita es) y empiezo a hablarle diciéndole que es muy linda, le muestro su imagen en un espejo circular que tengo colgado en la pared al lado de mi cama. Le digo que es una pequeña reina, ya que está muy elegante con un vestido que lleva tul, encajes y diseños muy parecidos a los vestidos de las muñecas que tenía mi tía Betty en su habitación. Además va primorosamente peinada con una moña alta que deja caer unos lindos bucles de cabello negro desde su coronilla hacia atrás sobre su cuello.

Mientras voy hablando, me doy cuenta de que la niña va creciendo, se pone cada vez más pesada, se convierte en una muñeca de piel completamente negra, vestido negro y sombrero negro con un pico como el de las brujas. Se vuelve tan pesada y grande en un instante, que me siento ahogada. Reconozco de inmediato un incipiente fenómeno de kanashibari o parálisis del sueño, así que me llega de golpe la conciencia de que estoy soñando y yo lo puedo controlar. Grito varias veces (sosteniendo la mirada terrorífica a la muñeca): ¡ESTO ES UN SUEÑO Y YO LO CONTROLO! hasta que bruscamente salgo del sueño y me despierto. No ha pasado ni siquiera una hora desde el momento en que empecé a dormir.

2021-01-18

JUGADAS MAESTRAS

Acabo de comenzar a ver una de las series de moda en NETFLIX: “Queen’s gambit”. Como no tengo ni idea de ajedrez, mi interés va por el lado de mi obsesión de los últimos años: la seducción. Pienso que nunca he utilizado ninguna estrategia para ello y, por el contrario, en todas mis relaciones he sido consciente de ser víctima de la estrategia muy pensada y perversa de quien me seduce. 

¿Cómo lograr ser yo la seductora? ¿Cómo tener el dominio de una seducción? ¿Cómo ser consciente de cada uno de mis pasos, tener un objetivo claro y trazarme el camino para lograrlo?  Tal vez por eso nunca he podido con el ajedrez: no me siento capaz de establecer una estrategia, llevarla a cabo y prever lo que ocurrirá 5 jugadas más adelante. En cambio, todos los hombres con los que me he relacionado (incluso los efímeros) parecen haber sabido exactamente qué movimiento hacer en cada momento para lograr lo que querían.

Tal vez he llevado al extremo la máxima de Anaïs Nin: el secreto de la mujer [para vencer en la seducción] es rendirse.

2021-01-13

LA REINA DE LA NOCHE

Hay un relato de Anaïs Nin, “La Reina”, en el que describe a Bijou “La reina de las prostitutas”. En una de sus escenas, Bijou va al Baile de Los Artistas sin más vestimentas que los paisajes de selva africana que un pintor ha dibujado sobre su cuerpo. Antes de que este termine, ella le ha prometido que le permitirá ser el primero en tocarla cuando la pintura se seque (para no estropear las imágenes logradas sobre sus curvas). Sin embargo, cuando el pintor por fin la alcanza en el baile, se da cuenta de que toda la pintura se ha corrido, mezclado, manchado, delatando que ella no ha cumplido su promesa. Imagino el ambiente de la escena intermedia: Bijou siendo rozada por manos, bocas, pieles, cuerpos en medio de una algarabía de tambores. Gozando del contacto anónimo que brinda una mascarada. Siendo penetrada hasta el alma por el ritmo frenético de la música de carnaval, incapaz de rechazar el baile y la embriaguez.

La Diosa Oshún, coqueta y bailadora


Esa escena, para mí, resume el espíritu de los años que vendrán en la post-pandemia: una humanidad que tratará por todos los medios de recuperar la alegría, de volcarse hacia el lado gocetas de la vida después de haber soportado encierro, silencio, ciudades como cementerios, luto cercano en las familias. Quiero estar allí. Quiero ser Anaïs y extasiarme mirando el baile de Bijou mientras envidio su lasitud, su entrega displicente a cualquier hombre o mujer que la desea. Quiero gozar de caricias anónimas, quiero besar labios sin rostro y sentir el vértigo de una danza infinita.