Powered By Blogger

2021-03-04

DEAD POETS SOCIETY

Pensando en la efemérides de la muerte de Andrés Caicedo me dio por imaginar cómo sería si todavía estuviera vivo... 


Me lo imagino como una especie de Fernando Vallejo pero un poco (solo un poco) más adaptado a sus privilegios de cuna. Es decir: sería uno de esos viejitos vallunos que son super cultos, que conocen de heráldicas, blasones y popelinas pero que de vez en cuando sueltan un madrazo para escandalizar a las tías.
Habría pasado por varios cargos burocráticos de los cuales habría salido a los pocos meses por no cumplir el horario de trabajo y aparecer en la oficina bajo los efectos de sustancias non sanctas.
Se botaría un librito de relatos adolescenciales cada par de años, aunque ya peinara canas, publicado por alguna sociedad de poetas caleños (liderada por supuesto, por Sandro, uno de esos pocos buenos amigos). Lo convocarían como jurado de concursos para que fuera el viejo gruñón que despotrica de la literatura y el cine de las nuevas generaciones.
Martín De Francisco tendría con él una relación ambivalente de admiración y burla porque Caicedo habría sido -antes que De Francisco- un mentor a superar en el ejercicio de encarnar al eterno adolescente rebelde-sin-causa que quiso dinamitar a la élite valluna desde adentro pero prefirió acomodarse a ser el "niño-bien" payaso que necesitan las sociedades pacatas para aparentar que toleran las críticas y están abiertas al cambio que plantea una nueva generación que pertenece, cómo no, a su misma clase social.